He viajado tanto
atravesando eras.
He sentido guerras
y frenéticas celebraciones.
He respirado la paz
de una geografía
desnuda y blanca.
He visto el silencio
rebotar en las paredes
y la música escaparse
como arena entre los dedos.
He sido el brillo incandescente
que apaga la oscuridad
y la oscuridad
que devora toda luz.
He callado cuando debía hablar
y hablado cuando debía gritar
y gritado cuando debía callar.
He destejido cuentos
y malentendido historias.
Todo bajo este rostro
que no denuncia lágrimas,
que no entrega sonrisas.
Todo.
Todo dentro de mí.
1 comentario:
Somos Aleph. Siempre.
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