6/21/2009

Guía para votar

• Tener claro que por más que muchos de los candidatos se comporten como si la elección fuese presidencial, a lo que aspiran es a bancas en ambas Cámaras.
Las promesas de planes, seguridad y empleo, por ejemplo, son muy bonitas pero también son difíciles de cumplir desde un escaño.
• Evaluar, si es posible, el trabajo que podrán hacer desde sus puestos.
El "si es posible" tiene que ver con que las propuestas no han sido tema de campaña, y me refiero a propuestas reales de actividad legislativa.
• Considerar quiénes, de acceder a una banca, cumplirán con la totalidad del mandato.
Muchos postulantes aspiran a presentarse en la siguiente elección para cargos ejecutivos nacionales y provinciales, o forman parte de fuerzas que, de ganar la elección 2011, los sustraerán del ámbito legislativo para sumarlos al Ejecutivo como ministros, por ejemplo, lo que producirá un importante drenaje en la conformación del Congreso. Este punto pone relativamente a salvo de llorar sobre la leche derramada a la hora de las renuncias, los enroques y las testimoniales.
• Eludir el tremendismo y teorías conspirativas varias.
El miedo no sirve. La amenaza de adelantamiento de elecciones presidenciales, el "nosotros o el caos", la "vuelta al Fondo (Monetario Internacional)" o el pacto peronista no le suman al ciudadano a la hora de decidir su voto con libertad.
• No perder de vista el "combo".
Bajo los que no asumirán por ser "testimoniales", hay otros nombres que se transformarán en legisladores de la Nación. Tras los que abandonarán el cargo luego de dos años de tarea están los que ocuparán sus lugares en 2011.
• Por último, ponderar la consistencia y la coherencia de los candidatos.
En el caso de quienes aspiran a renovar sus bancas, este punto es fundamental: ¿por qué harían ahora lo que no hicieron en el mandato anterior?

6/19/2009

La salida es por allá

Un consultor en comunicación política es contratado para cumplir con una tarea específica: asesorar sobre la manera de expresarse del candidato, analizar las demandas de los votantes, articularlas con las propuestas y retraducirlas en estrategias discursivas eficaces, lo que ya es un trabajo arduo si se piensa en la dinámica imprevisible del contexto nacional.
Por otra parte, alrededor de un dirigente político nunca hay un puñado de personas. Son cientos. Cada una con sus opiniones, apetencias y ambiciones personales que, muchas veces, entran en colisión con el proyecto grupal que vendría a ser el proyecto personal del líder.
Un consultor, entonces, siempre navega las aguas turbulentas del entorno y las no menos agitadas de la realidad externa.
Si bien su primer compromiso es con la verdad: decir la verdad y actuar desde la verdad, con el correr de los días –y de los embates de la realidad y del entorno–, las cosas empiezan a ponerse complicadas.
Por un lado, desde afuera, la opinión pública actúa de la misma manera que siempre: como una dama caprichosa y veleta que obliga a bruscos cambios sin previo aviso; y los cambios generan inseguridad (si no pregúntenle al ACyS, cuyo slogan propone el "cambio seguro" para no asustar a nadie aunque no convenza). Por otro, desde el interior, la tensión aumenta y va horadando la autoestima del candidato que, bombardeado por encuestas y publicaciones, es muy permeable tanto a la euforia como a la depresión. Y, como es de suponer, candidato inestable no sirve ni para presidente de cooperadora escolar.
En el ojo del huracán, el consultor. Se cuestionan todas sus recomendaciones, se le atribuyen todos los malos pasos y no se le concede autoría de acierto alguno. Dentro del círculo aúlico, las aguas se dividen. Un sector defiende; el otro, ataca. A veces porque juegan intereses personales; otras por razones misteriosas.
A estas alturas, el acorralado consultor tiene varias alternativas.
La que sostendrá su precaria supervivencia es la entrada al circuito "mentime que me gusta". El sabe mejor que nadie cómo decir lo que el otro quiere escuchar. Lo único que tiene que hacer es suplantar al otro en su esquema mental, un simple cambio de enfoque.
La segunda posibilidad es recurrir al "botiquín de emergencia". Altas dosis de reliverán y paratropina para seguir adelante mintiendo lo menos posible –aunque se reconozca que "lo menos posible" es una variable móvil que siempre conduce a mentir más–, e incluir en el combo el aplacatorio "si no lo hago yo, lo va a hacer otro" que siempre está al servicio de justificar el dinero cobrado a contramano de los principios.
Por último, el "portazo por la dignidad", escena que debe –sí o sí– incluir una frase lapidaria en la cara del candidato. Una posibilidad es "Todos estos te mienten. ¡Vos no sos San Martín, sabelo!". Obviamente, ni bien cerrada la puerta, las fuerzas se reagrupan y, con el enemigo ya afuera, se aplican a vivar al nuevo libertador.
En cualquiera de los casos, la tarea del consutor siempre tiene fecha de vencimiento. Siempre llega el momento en que, con mayor o menor amabilidad, alguien le dice: "la salida es por allá". Porque, ¿quién lo necesita en la victoria? y ¿quién lo quiere en la derrota?

6/18/2009

Lo que queda del debate

El acelere de Michetti. La mano de sus asesores en comunicación fue una mano de bleque: todo el tiempo habló como en un comercial de campaña, con frases demasiado prefabricadas, apostando al efecto, recitando.
La falta de carisma de Pray Gay. La empatía es una batalla que ya parece perdida. Duda cuando habla. Se equivoca cuando lee. El resultado final es "este chico da inseguro" (con énfasis en "chico" y en "inseguro").
Los latiguillos de Solanas. Es coherente con la minería, los glaciares, el petróleo. Hasta que se le sale la cadena y empieza a derrapar.
Los cartones de Heller. Los números del crecimiento en tamaño catástrofe y la catástrofe real de que esos números no los cree nadie.
Una ciudad desdibujada, en algunos casos ingenuamente ideal, casi siempre ausente.
El cuestionamiento sobre los modelos y las gestiones que sólo refuerza la idea de estas elecciones como juicio que castigue la incapacidad de la dirigencia política.
Un intercambio pobre, a veces mezquino, sin espíritu constructivo, sin sentido del futuro.
¿Propuestas? Gracias, paso.

6/09/2009

Territorio Apache

Hoy salió publicado acá un informe que escribí sobre la causa Cromañón.
Un especial agradecimiento a quien me escuchó y decidió hacer posible mi primera incursión en territorio apache.

6/08/2009

Lo que el viento se llevó... y trajo

De memoria frágil, a los argentinos los escándalos políticos nos quedan en la cabeza el mismo tiempo que la pelea de gallinero entre dos vedettes de cuarta. Revolviendo un poco, uno puede encontrar:

• Las facturas de Skanska (vistas por última vez paseando por los gasoductos).
• La bolsita de Felisa (la tiene el Dr. Chapatín).
• La Samsonite de Antonini (duerme con la de Amira, y, sí... se ha formado una pareja).
• La ruta de la efedrina, Forza, Ferrón y Bina (la rima fue involuntaria).
• Los aportes de Forza a la campaña de CFK (uh, oh).
• La discusión sobre los superpoderes (se transformó en una ponencia del Hombre Araña en el último congreso internacional de superhéroes).
• Los fondos de de Vido.
• Los fondos de Santa Cruz ('cha que tiene fondo esta gente y la de arriba, da pa' pileta, quincho y parrilla).

Por supuesto, todo eso había quedado tapado por:

• El dengue.
• La gripe porcina o gripe A.
• Las testimoniales.
• Evita, digo... Nachita. Perdón: Nacha.
• Francisco haciendo dedo en la ruta (de la efedrina, of course).
• El desarmadero PRO.
• Gran Cuñado.

6/05/2009

Seguro que no

Atravieso el Gran Buenos Aires. Repetidos hasta el cansancio, los afiches séxtuples –gigantografías– de Francisco. Rostro sonriente sobre la derecha de la pieza, predominio del rojo y el negro, titulares cortos (bien ahí) con una significativa repetición de "Un hombre seguro te da seguridad". Reporto aquí la cadena asociativa:
¿Un hombre seguro te da seguridad? Oopppsss... Parece un tanto machista, ¿no? Consejo de padre decimonónico a hija casadera con leve tufillo a seguridad económica, cosa, nena, de que sólo tengas que preocuparte de hacerlo feliz y salto al comercial soy un hombre de familia, tengo cinco hijos y uno en camino, continué con la empresa familiar, soy rico y no me da vergüenza, muy acorde al hombre seguro que te da seguridad, muy tradicional, familiero y con propiedades. ¿Tradición, familia y propiedad? ¡Uff! La asociación se pone densa y todo es rojo y negro y ya pienso en Stendhal y en la restauración borbónica y en la iglesia y el ejército a los que parece aludir el título de su famosa novela y en que a él lo llaman el colorado, la forma cool del rojo en las clases altas y en la guillotina y en el realismo que en Europa es a secas y en América es mágico.
El será un hombre seguro pero yo seguro que no lo voto.