• Tener claro que por más que muchos de los candidatos se comporten como si la elección fuese presidencial, a lo que aspiran es a bancas en ambas Cámaras.
Las promesas de planes, seguridad y empleo, por ejemplo, son muy bonitas pero también son difíciles de cumplir desde un escaño.
• Evaluar, si es posible, el trabajo que podrán hacer desde sus puestos.
El "si es posible" tiene que ver con que las propuestas no han sido tema de campaña, y me refiero a propuestas reales de actividad legislativa.
• Considerar quiénes, de acceder a una banca, cumplirán con la totalidad del mandato.
Muchos postulantes aspiran a presentarse en la siguiente elección para cargos ejecutivos nacionales y provinciales, o forman parte de fuerzas que, de ganar la elección 2011, los sustraerán del ámbito legislativo para sumarlos al Ejecutivo como ministros, por ejemplo, lo que producirá un importante drenaje en la conformación del Congreso. Este punto pone relativamente a salvo de llorar sobre la leche derramada a la hora de las renuncias, los enroques y las testimoniales.
• Eludir el tremendismo y teorías conspirativas varias.
El miedo no sirve. La amenaza de adelantamiento de elecciones presidenciales, el "nosotros o el caos", la "vuelta al Fondo (Monetario Internacional)" o el pacto peronista no le suman al ciudadano a la hora de decidir su voto con libertad.
• No perder de vista el "combo".
Bajo los que no asumirán por ser "testimoniales", hay otros nombres que se transformarán en legisladores de la Nación. Tras los que abandonarán el cargo luego de dos años de tarea están los que ocuparán sus lugares en 2011.
• Por último, ponderar la consistencia y la coherencia de los candidatos.
En el caso de quienes aspiran a renovar sus bancas, este punto es fundamental: ¿por qué harían ahora lo que no hicieron en el mandato anterior?
Las promesas de planes, seguridad y empleo, por ejemplo, son muy bonitas pero también son difíciles de cumplir desde un escaño.
• Evaluar, si es posible, el trabajo que podrán hacer desde sus puestos.
El "si es posible" tiene que ver con que las propuestas no han sido tema de campaña, y me refiero a propuestas reales de actividad legislativa.
• Considerar quiénes, de acceder a una banca, cumplirán con la totalidad del mandato.
Muchos postulantes aspiran a presentarse en la siguiente elección para cargos ejecutivos nacionales y provinciales, o forman parte de fuerzas que, de ganar la elección 2011, los sustraerán del ámbito legislativo para sumarlos al Ejecutivo como ministros, por ejemplo, lo que producirá un importante drenaje en la conformación del Congreso. Este punto pone relativamente a salvo de llorar sobre la leche derramada a la hora de las renuncias, los enroques y las testimoniales.
• Eludir el tremendismo y teorías conspirativas varias.
El miedo no sirve. La amenaza de adelantamiento de elecciones presidenciales, el "nosotros o el caos", la "vuelta al Fondo (Monetario Internacional)" o el pacto peronista no le suman al ciudadano a la hora de decidir su voto con libertad.
• No perder de vista el "combo".
Bajo los que no asumirán por ser "testimoniales", hay otros nombres que se transformarán en legisladores de la Nación. Tras los que abandonarán el cargo luego de dos años de tarea están los que ocuparán sus lugares en 2011.
• Por último, ponderar la consistencia y la coherencia de los candidatos.
En el caso de quienes aspiran a renovar sus bancas, este punto es fundamental: ¿por qué harían ahora lo que no hicieron en el mandato anterior?
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