Son delicadas espaditas,
puñales diminutos,
minúsculos cuchillos
que asesinan sin premura,
por entregas, en capítulos;
que matan de a poquito
y en silencio.
Son palabras nunca dichas,
gestos suspendidos,
emociones mezquinas.
Son despedidas
que des-piden,
ausencias temporarias
en presencia,
abandonos momentáneos
sin motivo.
Son puertas que se cierran
una a una
con aviso.
Son las muertes chiquititas
de los grandes amores
sin grandeza.
Son el reflejo oscuro
de lo que fuimos
dejando de ser.
3 comentarios:
Las pequeñas muertecitas nos abren los ojitos hasta volverlos océano.
¿Son muertes pequeñas porque matamos al otr@ cuando olvidamos el compromiso? ¿o es que cuando olvidamos el compromiso con el otr@ nos morimos porque dejamos de ser lo que debemos ser?
De todas formas prefiero pensar que junto con esas muertes pequeñas hay otros antídotos pequeñitos...
La vida está llena de "pequeñas muertes".
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