Este manojo de deseos, esta carne palpitante.
Estos huesos, esta entrega
y esta disposición a la entrega. Esta pasión
que no se apaga.
La ilusión que no se rinde.
Esta voz que no se calla, esta lengua que no claudica.
Soy.
Mi respiración agitada, mi aliento sin agonía.
Y toda la sangre y la fibra. Y la sutil presencia de mi espíritu.
El pensamiento irresoluto que no cede.
Y necesidad y hambre y sed de todo
insaciable, permanente
desafío
terrible condena al movimiento eterno.
Sí, soy.
Soy este manojo de deseo.
Soy esta sensación de haber perdido
todo lo que había para perder
y la certeza de que, desde el fondo del pozo,
sólo se puede subir, ganar, salir.
Porque este terrible manojo eléctrico de deseos,
este manojo terrible de deseos eléctricos
no hace otra cosa que desear.
No hace otra cosa que correr tras aquello
que una vez alcanzado queda atrás
y se pierde y se deshace y se quema
para que de esos despojos
surja un nuevo deseo que reavive
el movimiento,
esa búsqueda siempre inaugural
que me mantiene viva,
siendo.
1 comentario:
y todo eso que bien lo lleva!
pd: yo andaba buscando "Je suis comme je suis" de Prévert...y me encuentro con este SOY.
uf!
hermoso.
un abrazo sideral, enorme.
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