Poco feliz. Olímpicamente torpe. Falaz. Rimbombante, contradictoria y vacía. Desafortunada. Para la gilada. Destinada a la corte de chupamedias que, como están ahí, todo aplauden.
De todas estas maneras –respetando la investidura– puede calificarse la expresión de la primera mandataria comparando el fútbol con los desaparecidos.
"No quiero que se secuestren más goles", dijo ayer, triunfal y peripatética (3ª acepción de la RAE, porque de la 1ª y la 2ª no tiene idea), la Jefa de Estado en la poco usual tribuna del predio de la AFA.
No sólo es ofensiva la comparación, también es ofensivo que piense que los ciudadanos nos vamos a comer la galletita de que se pueden mezclar livianamente tornillos con tomates.
De todas estas maneras –respetando la investidura– puede calificarse la expresión de la primera mandataria comparando el fútbol con los desaparecidos.
"No quiero que se secuestren más goles", dijo ayer, triunfal y peripatética (3ª acepción de la RAE, porque de la 1ª y la 2ª no tiene idea), la Jefa de Estado en la poco usual tribuna del predio de la AFA.
No sólo es ofensiva la comparación, también es ofensivo que piense que los ciudadanos nos vamos a comer la galletita de que se pueden mezclar livianamente tornillos con tomates.
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