3/25/2008

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No sé nada de economía.
Si alguna vez tuve un ideal político, hacer campaña para distintos candidatos me lo robó para siempre.
Apenas conozco el campo e ignoro por completo las alternativas de la actividad agropecuaria.
No entiendo nada de exportaciones ni retenciones ni del boom de la soja.
No escribo sobre cuestiones relativas al complejo devenir institucional de nuestro país.
Pero no me gustan la violencia y el autoritarismo.
No me gusta sentir que quien tiene bajo su responsabilidad el gobierno de todos los ciudadanos se exprese con soberbia, arrogancia e ironía cuando habla de quienes –la hayamos votado o no– aceptamos la decisión de la mayoría de delegarle esa misión.
Creo, desde mi indeclinable fe en las instituciones, que se gobierna para sumar. No para excluir. No para dividir. No para privilegiar a un sector por encima de cualquier otro. No para hacerle el juego al resentimiento, al revanchismo y al odio.
Porque el costo de todo eso, a la (no tan) larga, es muy alto. Y, no importa en qué vereda hayamos estado, lo pagamos todos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Alguien que piensa de esta manera y hace pensar, ya te dije sos peligrosa, peli de cabello y grosa, porque lo sos.

fijate que sin hacer mucho bardo das en la tecla.

me gustó mucho, que tb en esto, seamos hermanas.

abrazos, que son siderales.