4/26/2008

Equívoco

Hay dos árboles en la puerta de mi casa,
dos paraísos frondosos y serenos.
Uno, el de la izquierda, perdió todas las hojas
y deja ver sus ramas retorcidas,
racimos de frutos amarillos,
secos y quietos que el viento no conmueve.
El otro, el que protege mi ventana
y desnuda por las noches las estrellas,
se resiste a abandonar el verde,
proyecta su sombra sobre la vereda,
esconde pudoroso su corteza.
Es un resto del verano que no se apaga,
habitación de pájaros inquietos que pronto partirán.
Es telón de mi desnudez y amparo de mi soledad.
El paraíso que protege mi ventana
no se ha enterado aún de la llegada del otoño.

Su equívoco alimenta mi ilusión
de que las cosas persisten, de que el verano es eterno,
de que el tiempo no se llevará mi voz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No existe equivocación alguna en el Uni-verso, que es suyo, además, Señora.