Alguien que no conoce el valor de los libros
pero sí sabe lo que significan para mí,
ha robado todos mis tesoros.
Se ha llevado las voces y las miradas,
los paisajes, las aventuras,
los pensamientos, las caricias,
las risas y los guiños
de quienes me acompañaban.
Me abandonó
a mi hambre y a mi sed.
Vació cada estante de mi alma
y me llenó de telarañas y de sombras.
Me cegó de pronto y ahora
intento atrapar los pájaros
que desesperan en mi cabeza.
Alguien que no conoce el valor de los libros
me ha dejado
escribiendo a tientas.
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